Uriel Sanz –Provincia de Buenos Aires, Argentina–
- unodeloesteeditori
- 20 may 2020
- 3 Min. de lectura
Uriel Sanz
Creo que son pocos los que entendieron que estamos atravesando un momento histórico en el mundo.
Creo que son muy pocos los que comprendimos que estamos en un momento de reflexión.
Creo que somos muy pocos los que miramos a Dios y vemos hoy en el rostro de nuestro prójimo su rostro.
Creo que esto que estamos viviendo nos tiene que servir para abrir nuestro corazón y dejar hablar a Dios a través de nuestros pensamientos, nuestras acciones y sobre todo a través de las palabras.
De qué sirve hoy criticar, menospreciar, insultar, degradar y destilar violencia en las redes cuando el mensaje es más que claro que tenemos que tirar todos juntos para el mismo lado.
De qué sirve hoy reírte del otro, ver desde tu casa lo que hace el otro cuando vos no estás en sus zapatos.
Hoy esta pandemia nos enseña a valorar la solidaridad, la unión, el amor, la amistad, la familia y sobre todo el amor a uno mismo y hacia la vida.
Pone un grano de arena de tu parte para cambiar esta sociedad enferma que hoy vivimos.
Nunca olvidemos que el cambio comienza por uno mismo. De vos depende.
Fuerza Argentina.
Fuerza señor presidente.
Fuerza personal de la salud.
Fuerza personal de seguridad.
Fuerza Ejército Argentino.
Fuerza personal de recolección de residuos.
Fuerza a cada trabajador del transporte.
Fuerza personal de bomberos.
Fuerza personal de limpieza de los hospitales públicos y privados.
Fuerza a cada político que está en pleno trabajo por el bienestar de los argentinos.
Fuerza a cada trabajador de las familias argentinas que salen a trabajar día a día y que están expuestos en esta pandemia.
Fuerza a cada periodista que arriesga su vida para mantenernos informados.
Fuerza a cada habitante de este hermoso país. Somos fuertes ante la adversidad y en los peores momentos siempre demostramos que somos buena gente.
Dios bendiga a cada uno de los que estén leyendo este comunicado y derrame su bendición a sus seres queridos.
Vamos a poder con esto todos juntos cooperando como tiene que ser.
Vamos Argentina, fuerte y de pie te quiero ver.
Por amor a mi bandera, a mi patria, a mi gente y a mi tierra.
La película de nuestras vidas
Nunca en la vida creímos vivir algo así como lo que estamos viviendo.
Siempre creímos que solo en las películas se veía morir tantas personas.
Un día despertamos y nos sorprendió la vida.
La ficción volvió a superar a la realidad y nos tocó vivir la película de nuestras vidas.
Donde podemos ser los héroes cooperando juntos para salvar muchas vidas.
Encerrados, tristes, abatidos por la realidad.
Nos volvemos hacia Dios pidiendo con fe por la salvación de nuestros hermanos.
Como aquí, en otros países vivíamos en paralelo una lucha incansable contra aquel enemigo que un día todo lo cambió.
Nosotros nos quedamos encerrados y fue allí donde los animales disfrutaron de un mundo donde el hombre había dejado de ser su amenaza.
El aire corrió más limpio, las industrias casi en su totalidad habían parado.
Las mariposas invadían los jardines, los vegetales daban nuevos brotes.
Las abejas volvían a aparecer, los pájaros volando en el cielo, ya no se veían aviones pasar por él.
Mientras llegaba la noche y la incertidumbre nos quitaba el sueño.
Pero por más miedo que sentíamos, el amor de la familia nos mantenía juntos.
Los amigo volvían a aparecer en las pantallas, las risas y las emociones se potenciaban con una promesa de volvernos a ver.
Las mesas reunía una vez más a la familia.
Papá y mamá ayudaban a sus hijos y los hijos volvían a tener en casa a papá y mamá.
Descubrimos que vivíamos a prisa. Entendimos que había cosas maravillosas a las que no les dábamos valor.
Quédate en casa solo se escuchaba en la televisión. Los aplausos a los médicos y a todos aquellos que le ponían el pecho a la situación.
Nunca en mi vida pensé como iba a morir.
Sí pienso cuidar a los míos porque los quiero conmigo, porque como todos con fe de esta vamos a salir. Juntos vamos a poder, juntos diremos gracias a Dios. Todos juntos pudimos.

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