Elba Catalina Rubio –Provincia de Buenos Aires, Argentina–
- unodeloesteeditori
- 20 may 2020
- 2 Min. de lectura
Alegraste mi vida
Llegaste como un milagro tan esperado. Fueron nueve meses que se hacían interminables.
Y llegó el día, fue un tres de noviembre al mediodía, un parto fácil. Duró media hora, recuerdo que le dije al doctor “tiene todos los deditos de la mano”. Él sonrió, “es un bebé re sano, pesa 4 kilos, súper grande”.
Lloraba sin parar, cuando me lo dieron sonrió, era como si me conociera de siempre “era su mamá”.
Crecía fuerte, a los 11 meses dejó el pañal, al año caminó, no quiso mamadera ni chupete, solo el pecho, al año dejó y tomaba leche en taza.
Su primer día de jardín creí que iba a llorar como los demás, pero no, contento jugó con los chicos. Claro, era en casa el único niño.
Así fue creciendo, pasó primaria, su primera comunión, fue monaguillo, se confirmó, y así pasó su adolescencia, quizá no la mejor, pero uno hizo lo que pudo para que sea sobre todo feliz.
Hoy en su adultez creo que es un hombre sin traumas, hace lo que le gusta, lo que siente desde chico: escribir.
Orgullosa me sentí cuando me dio sus libros, mi hijo escritor, ojalá Dios me dé vida para seguir viendo cada vez más sus logros.
Acá con estas letras expreso algo de quien fue mi primera alegría, orgullo de madre.
La cuarentena
Todos teníamos obligaciones, nuestros días eran programados, de pronto se empezó hablar de un virus que atacaba más y más y sobre todo a países súper poderosos: Italia, España, Francia, Londres, pero esto no tenía nada que ver con el poder.
Es un virus muy contagioso, requiere de aislamiento, sobre todo personas mayores lo dicen de riesgo.
Como de pronto; se cambia todo. Vivís solo sin poder hablar, hablar con nadie solo de lejos; ya que esto nos llevará a mejorar. Solo los médicos y enfermeras luchan por salvar vidas, son guerreros en esta guerra que avanza sin dar tregua.
Esto nos lleva a pensar en el otro, lo difícil es no estar con los seres queridos, por esa palabra, cuarentena, nos hemos dado cuenta que a pesar de todo somos solidarios.
Ahora no importa partido político, religión o clase social. Todos tiramos por lo mismo, salir de esto, volver al trabajo, la educación. Lo único que no se suspende, el amor por el otro, nos hemos dado cuenta de que no somos egoístas por querer todo para uno, todavía hay valores, queremos salir de esto pronto
Muchos habrán podido reflexionar en sus seres queridos que capaz no tenían tiempo, ni paciencia. Ahora darán cariño a esos mayores que su vida está en riesgo. Pasará todo y volverá en algo como antes pero creo que la familia estará muy unida. Esto nos deja la cuarentena.

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